domingo, 8 de enero de 2017
el deseo
ENTRE EL #yaestarde y el #acepto,estoyaqui hay una
espera sin deseos ni caprichos,ni pasiones------------------------
-----LA NATURALEZA ODIA EL VACIO--------------EN EL
MUNDO FISICO NO HAY VACIO NI NADA,AL INSTANTE
SE LLENA,NO SE PIERDE NADA,SE TRANSFORMA.EN
EL MUNDO SOCIAL EL QUE VA A SEVILLA PIERDE SU
SILLA,EL CADAVER SE VUELVE CENIZA Y HUMO,LA
PROPIEDAD SE CONVIERTE EN HERENCIA.SIEMPRE
PERMANECE TODO leon
legazcue......................................................................................
.............................................-------Deseo
Para otros usos de este término, véase Deseo
(desambiguación).
El deseo se dice del anhelo de saciar un gusto.
La agradabilidad que conmueve nuestros sentidos, sea por
encauzamiento, o motivado por vivencias pasadas, o por
neto reflejo corporal, ya sea por objetos materiales, por
saber, por personas o por afectos.
El deseo es la consecuencia final de la emoción inducida
en origen por la variación del medio. La cadena causa-
efecto que le corresponde es la siguiente: Emoción ?
Sentimiento ? Deseo.
A cada deseo le precede un sentimiento, se puede decir
que al deseo sexual le precede un sentimiento de
atracción: Las normas sociales actuales hacen imposible
que esta frase sea de uso cotidiano, sobre todo por el
miedo al rechazo. No obstante, el deseo —sea del tipo que
sea— y su satisfacción, forman parte de la naturaleza
humana. Satisfacer los deseos de forma adecuada implica
el uso de la empatía para evitar agredir, y en
consecuencia, provocar respuestas violentas en personas
que, adecuadamente estimuladas, accederían sin
problemas.
Índice [ocultar]
1 Cupiditas
1.1 La cupiditas en San Agustín
2 El alma está en el cerebro
3 Referencias
4 Véase también
5 Enlaces externos
Cupiditas[editar]
Cupiditas es una palabra en latín que significa deseo,
sentimiento que motiva la voluntad de querer poseer el
objeto que se desea. El deseo es alimentado por uno o
varios sentimientos y/o necesidades, llevando al individuo a
diferentes estados de conciencia emocional. En algunos
casos el individuo guiado por las emociones obtiene lo que
desea sin importar las consecuencias de las acciones
realizadas, en otros el deseo impulsa al individuo a hacer
grandes sacrificios desinteresados para satisfacer esa
necesidad, cuando no se obtiene lo deseado el fracaso lo
lleva a un estado de frustración e insatisfacción existencial,
pero cuando lo obtiene una sensación de satisfacción y
plenitud crea un estado de felicidad.
La cupiditas en San Agustín[editar]
Según Agustín de Hipona, la determinación originaria del
ser consiste en el retorno al Creador. Dicho retorno se
realiza a través del amor al mundo, lo cual según San
Agustín no es una elección, pues el mundo está siempre
ahí y es natural amarlo. Según San Agustín, "no hay nadie
que no ame; pero sí hay quien se pregunta qué amar". La
comprensión de Dios como Creador y la del mundo como
eternidad conduce a la caritas (caridad). Sin embargo es
posible errar el giro y confundir la eternidad con el mundo
temporal, en cuyo caso se incurre en la codicia,
concupiscentia o cupiditas.1
El alma está en el cerebro[editar]
En su libro El alma está en el cerebro, Eduard Punset2
afirma:
El deseo nos saca de nosotros mismos, nos desubica, nos
dispara y proyecta, nos vuelve excesivos, hace que
vivamos en la improvisación, el desorden y el capricho,
máximas expresiones de la libertad llevada al paroxismo.
El deseo reivindica la vida, el placer, la autorrealización, la
libertad. Unos planifican su vida, mientras que otros la
viven al ritmo que les marca el deseo. El deseo de vivir y
de hacerlo a su manera. Por eso sus autobiografías son
más descriptivas que explicativas, pues sus vidas no tanto
se deben a los resultados u objetivos cumplidos, sino al
sentido inherente al mismo proceso de vivir. Y este
proceso, de uno u otro modo, lo establece siempre el
deseo. Si bien el deseo rebosa incertidumbre acerca del
itinerario, a muchas personas les garantiza la seguridad en
cuanto a los pasos dados. Bien entendido el deseo no es
una voz oscura, confusa y estúpida, sino que - en una
persona madura - es luminosa, clara e inteligente. Las
emociones están en la base de los deseos y de la
inteligencia se dice que es emocional. Visto de este modo,
el deseo se convierte en el portavoz de uno mismo.
Referencias[editar]
Volver arriba ? Arendt, Hannah, 2001. El concepto de
amor en San Agustín. Ed. Encuentro
Volver arriba ? Eduard Punset, El alma está en el cerebro.
Radiografía de la máquina de pensar. ISBN 84-03-09737-9.
Véase también[editar]
Libido
Satisfacción
Enlaces externos[editar]
Wikcionario
............................................................................
mi texto ""paradigmas" fue incluido en Bibliografias de
Wikipedia,
Tambien es quiza mi texto mas citado...
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